jueves, 5 de marzo de 2015

ACERCA DE LAS NEGOCIACIONES DE SYRIZA (¿Ha fracasado Syriza en sus negociaciones cos sus socios europeos?)

¿Ha fracasado Syriza en sus negociaciones con sus socios europeos?. A la vista de las informaciones dadas por la prensa “independiente” de nuestro país y a las declaraciones del Presidente del Gobierno español y del ministro de economía, han constituido un auténtico desastre para las intenciones de Syriza y una rendición en toda regla del Presidente Tsipras. Sin embargo Grecia ha salido bastante bien librada de las negociaciones, aunque todavía queda mucha tela por cortar.
El tema más importante de las negociaciones es el referido a la magnitud del superávit primario de Grecia, la diferencia entre los ingresos y los gastos públicos sin contar los intereses sobre la deuda. Precisamente este superávit primario mide los recursos que Grecia tiene que transferir a sus acreedores, principalmente Alemania, es decir: todo lo que son capaces de ahorrar tiene que ir destinado a pagar la deuda. Y en este asunto Tsipras se ha salido con la suya, con lo que dispondrá de mucho más dinero para remediar las enormes carencias de la población de su país, al mismo tiempo que podrá dedicar parte de ese dinero a unas inversiones que reducirán drásticamente la austeridad que ha llevado a la ruina económica y social a su país. En concreto ha logrado dejar, este superávit primario, en un tercio de la cantidad que ya habia acordado el gobierno anterior.

Y lo que tambien es muy importante: ha ganado tiempo, cuatro meses frente a los seis que pedía inicialmente, para seguir con las negociaciones. El gobierno conservador anterior de Andoni Samarás le habia tendido una trampa a Syriza, junto con las fuerzas conservadoras europeas, firmando una prórroga del rescate de solo dos meses, que concluía a finales de Febrero, al mismo tiempo que convocaba unas elecciones anticipadas, que según todas las encuestas iba a ganar Syriza y así dejar al nuevo gobierno progresista una crisis imposible de gestionar. El plan consistía en, ante el fracaso de las negociaciones y la asfixia economica de Grecia, sustituir el gobierno de Syriza por otro, designado por los acreedores, como ya ocurrió en 2.011 con el gobierno dirigido por el tecnócrata Lukás Papadimos.